El momento del final

La situación se torno insostenible para mi, Joaquín estaba terminando con mi tranquilidad...
Ya no soportaba más su juego histérico y su falta de definición frente a las cosas. Y esta vez las ganas de terminar con la situación, jugarme por un si o un no, eran más grandes que el miedo.

Fue entonces que lo invité a cenar a mi casa, charlando distendidamente de un montón de cosas, hasta que tomé coraje y le dije que tenía que hablar con el:

Vos no sos el amor de mi vida, pero si creo que sos la historia de mi vida (le dije rompiendo el hielo) como ya sabrás hay muchas cosas que pasan entre nosotros que no son nada normales, y la verdad que yo quiero saber que onda, que te pasa a vos con todo esto, que sentís, que opinás, entre otras palabras caidas de mi boca sin pasar por el cerebro que no recuerdo.

Enseguida le cambió la cara, se puso serio, se río, se puso nervioso, y me dijo:

La verdad que no se que te pasa, pero te confundiste conmigo, a mi me gustan más las mujeres que el dulce de leche, me dijo.

De ahi en más, me di cuenta que el no se iba a jugar, al contrario, justificó todo lo que paso entre nosotros, como locuras mias, me dijo que no podíia creer lo que le estaba diciendo, que quería pensar, que su intención era que todo siguiese como hasta ahora, entre otras cosas.

Ese dia murió Joaquín, al menos el que yo conocía, ese que me decía cosas lindas y compartía mi vida conmigo, en su lugar apareció otro totalmente distinto, serio, asustado, pendiente de que a mi no se me escape ni una palabra, en resumen, OTRO.

Desde ese dia, pasé por unos meses de mierda, creo que estuve deprimido, lloré, lloré y lloré su pérdida, lloré su ausencia y me pasé dias enteros esperándolo. Gracias a la terapia no me morí, y pude salir adelante, pero sin dudas, que para mi este capítulo aún no llegó a su punto final.